A nadie nos gusta trabajar. Lo que nos gusta es la oportunidad de encontrar quiénes somos realmente por medio de nuestro trabajo.
Sir Ken Robinson
Desafortunadamente, encontrar una labor profesional tanto lucrativa como gratificante emocionalmente no es tan común como si lo es, por ejemplo, la sensación de frustración al seguir nuestra carrera profesional. En pocas palabras, se trata de la decepción por la diferencia entre nuestro esfuerzo y el resultado.
La gravedad de este fenómeno es que toda organización, empresa o equipo está constituido por personas con habilidades y emociones; por lo tanto, cuando un colaborador experimenta frustración, su desempeño no es el óptimo ni está a la altura de su potencial, lo que a su vez se refleja inexorablemente en el cumplimiento o no de las metas de la compañía y, por supuesto, en sus resultados financieros.
Procurando dotar de perspectiva y conciencia de esta problemática tan común, te describo aquí algunas de las razones por las que surge frustración en el trabajo y qué debess hacer para evitarla:
Tus intereses e inclinaciones no van con tu trabajo
Tu frustración puede estar basada en una discordancia entre lo que haces y tus intereses e inclinaciones específicas. Una persona con un gran conjunto de habilidades en el área funcional errónea jamás podrá brillar. Para determinar si este es el caso, haz un análisis introspectivo y determina cuáles son tus intereses, apetitos e inclinaciones profesionales. Si son discordantes con tu trabajo, evalúa en qué otra área —o empresa— podrías aplicarlos.
Tu comunicación y tus relaciones interpersonales no son las mejores
Tu éxito laboral estará siempre ligado al desempeño de otras personas que obran como parte del equipo, organización o empresa a la que perteneces, así como de tu capacidad de trabajar, comunicar, inspirarlas y relacionarte con ellas. ¿Te comunicas con claridad e inteligencia emocional con las personas con quienes desempeñas tu trabajo? Esto concierne tanto a tu relación con superiores como con tus pares y subordinados.
Necesidad de reconocimiento
Una de las necesidades básicas del ser humano, según lo planteado por la psicología humanista y positiva, es el reconocimiento: ¿eres reconocido por tus acciones — tanto correctas como incorrectas — en el trabajo?; ¿has expresado esta necesidad a tus superiores para hacer mejor tu trabajo?; ¿aceptas como un beneficio para tu desempeño futuro que se te brinde retroalimentación sobre tu rendimiento pasado?
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Pocas ganas de mejorar
¿Tienes claro cuál es el conjunto de habilidades, aptitudes y actitudes que son requeridos en tu empleo?, ¿estás seguro de poseerlas?, y más importante aún: si no es así, ¿estás dispuesto e interesado/a en aprenderlas? El talento es siempre algo que se puede construir si lo deseas y lo crees posible. Hay que desear mejorar y creer que es posible hacerlo.
Falta de un propósito
La frase de Friedrich Nietzsche «Quién tiene un “porqué” siempre encontrará el “cómo» no puede ser más cierta. Saber cuál es tu propósito en el contexto particular de tu trabajo y de tu vida es la claridad mas importante con la que puedes contar. Cuando tienes claridad de propósito, la frustración en el trabajo se convertirá en perseverancia.