En el mundo de los negocios mucho se habla de la figura tanto simbólica como práctica de un líder, esa persona que pareciera contar con dotes sobrehumanas que transforman las realidades de las organizaciones, realidades mayormente complejas, inciertas, volátiles y retadoras que son por otro lado, la única constante en el mundo de cambio constante.
Lo paradójico del asunto, es que todos parecemos entender que la figura del liderazgo es más que importante, deseable en todo equipo, en toda organización, en toda compañía cuya tarea primordial es garantizar precisamente la existencia y sostenibilidad de la empresa en el curso del tiempo… pero pocos entendemos en qué consiste la valía del líder, y de manera más específica, cuáles son las actividades que el líder lleva a cabo en el afán de preveer y sobre todo, alterar realidades por medio de su influencia en otros.
En mi experiencia profesional, he tenido la fortuna de rodearme de grandes líderes que precisamente logran todo esto y aquí comparto lo que he podido atestiguar y aprender como lo más importante que un líder aporta en momentos tan retadores como los que vivimos en la actualidad, y que por cierto, he corroborado en incontables biografías de esas personas que han dejado huella de su paso en este planeta en el curso del tiempo.
1.- La responsabilidad más importante de un líder
Mucho se puede decir de las responsabilidades que recaen en el los hombros de un líder, escuchar, entender, aprender, pensar, para luego guiar, influir, trastocar realidades. Sin embargo, el común denominador de todas estas circunstancias es que la responsabilidad más grande de un líder es afectar positiva e intencionalmente el desempeño de las personas de cara a una visión compartida.
2.- Los retos que esto significa
Aunque suene sencillo, tal vez incluso trivial, afectar el desempeño de las personas es un arte, pues los seres humanos somos entes complejos, con valores, personalidades y emociones completamente distintas que muchas veces se interponen en la materialización de nuestro potencial pleno. Algunas de las razones más importantes por las que las personas no logran todo aquello que pueden lograr por medio de sus acciones son:
- No lo desean.
- No saben cómo.
- Hay obstáculos más allá de sus posibilidades.
- No saben porqué.
- Carecen de una visión que los impulse a llevar a actuar.
3.- Cómo actúa el líder ante el reto de modificar el comportamiento humano.
La diferencia entre el ideal y la realidad en torno a la acción de las personas es precisamente el campo de acción en el cual el líder lleva a cabo su labor a través de generar:
- Una Identidad común.
- Un propósito claro, tangible y compartido por los miembros del equipo.
- Una visión que se considere digna, noble, si bien retadora, también emocionante y alcanzable
- Un contexto propicio no para “motivar” , (de efectos limitados y de corto plazo) sino para inspirar (de más largo alcance) a que cada persona haga suya la misión de la compañía al encontrar la concordancia de ese propósito con sus valores como persona y por tanto, el líder genere nuevos líderes iguales o mejores que él.
Todas estas actividades se constituyen en las metas del líder y no pueden sino ser posibilitadas por sus valores personales manifiestos en lo que dice, pero especialmente en lo que hace. Es en este contexto de vital importancia donde algunas características y habilidades son cruciales para cumplir con su labor.
- Cuestionar
- Escuchar
- Incitar a enfoques alternativos (de especial importancia en “puntos ciegos” de la organización)
- Reflexionar no sobre el estado actual del contexto en que la empresa se circunscribe, sino sobre el estado futuro previsible del mismo.
- Y sobre todo, comunicar efectivamente ideas, especialmente las que dan origen a la cultura de una compañía: ¿Porqué existimos como compañía? – PROPÓSITO ¿Cuál es nuestra razón de ser? – MISIÓN, ¿Cómo es el futuro que deseamos crear por medio de nuestra existencia en el mercado? – VISIÓN
Sin la manifestación intencional y consistente de estos atributos en el curso del tiempo, difícilmente estaremos en presencia de ese concepto elusivo, tan conversado pero tan poco entendido y desafortunadamente, menos expresado en la realidad, que sin duda marca el fiel de la balanza entre las “buenas” compañías, y las compañías EXCEPCIONALES, las que nos enamoran, dejan huella y legado.
