Para un candidato, las entrevistas de trabajo pueden ser muchas veces una prueba más ardua que caminar sobre fuego; en tan solo unos minutos, debe demostrar que, sin lugar a dudas, es la mejor opción de entre un cúmulo de personas que están —igual que él— dispuestos a darlo todo por ser reclutados. Por supuesto, convencer a quien sea necesario de que es la manifestación ideal de la mezcla precisa, correcta y puntual de todos esos atributos que se buscan en el perfil de la vacante publicada se convierte en su máximo objetivo.
El candidato ideal
Las entrevistas de trabajo parecen ser una circunstancia ingrata si pretendes demostrar que eres la persona perfecta que la empresa está buscando, pues el hecho de que el hayas aplicado significa una de dos cosas:
- Que creas que hay una correspondencia entre la vacante y tus características profesionales.
- Que, aunque no creas que hay una clara correspondencia entre las habilidades profesionales requeridas y las tuyas, piensas que puedes adaptarte al perfil de lo que requiere por la vacante, convenciendo de ello a quien te entrevista.
Sea como sea, saber lo que una empresa requiere en determinado momento puede ser un motivo de angustia y eventual frustración.
La lógica deductiva dice que todo aprendizaje para el ser humano siempre es determinado por su contexto. Pues bien, una entrevista de trabajo es uno donde, desde el punto de vista conceptual, buscas validar tus actitudes y aptitudes de manera que se pueda constatar que unas y otras son el maridaje perfecto para las necesidades de la compañía. Muy importante, por supuesto, es entender que las habilidades requeridas para un puesto en el pasado no necesariamente son las requeridas en el presente, y mucho menos en el futuro, lo que hace que este maridaje sea cada vez más complejo.
Las habilidades profesionales requeridas en el contexto actual
Evidentemente, las aptitudes y actitudes de cada puesto dependerán siempre de una variedad de factores como la industria, la empresa, la meta a conseguir, el objeto del trabajo, etc. Por supuesto, las habilidades profesionales que se necesitan para ser médico cirujano no son las mismas que para ser un analista financiero.
Sin embargo, independientemente de la empresa, industria e incluso geografía, el contexto actual que rige el planeta se caracteriza por cuatro elementos:
- Volatilidad.
- Incertidumbre.
- Cambio.
- Y la resultante angustia que los tres elementos anteriores generan.
En tal contexto, las habilidades que se plantean pertinentes para todo profesional actualmente tienen que ver tanto con sus aptitudes como con sus actitudes. De cualquier manera, en un mundo definido por los elementos mencionados y por el inmenso avance tecnológico, los grandes retos para las empresas están más bien de lado de las aptitudes emocionales, que, sorpresivamente, tienen igual o más valor que el conocimiento técnico que la humanidad ya posee y que continúa consolidando.
Ante esta realidad, las tres habilidades profesionales que serán más útiles —y deseadas— por las empresas son las relativas a la capacidad, tanto de adaptabilidad como de conexión interpersonal e inspiración a otras personas para alcanzar una meta:
- Adaptabilidad a contextos cambiantes.
- Habilidades interpersonales y de conexión con otras personas.
- Creación, inspiración y gestión de equipos de alto rendimiento caracterizados por los dos puntos anteriores.
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Tu genética es adversa al cambio y a la incertidumbre
Esto no es poca cosa: el ser humano está diseñado genéticamente para ser adverso al cambio, particularmente por el sistema de acción reticular, parte de tu neurología que evita toda fuente de peligro, incertidumbre y cambio en virtud de tu instinto más básico: el de la supervivencia. Además, construir una personalidad y carácter de adaptabilidad a contextos inciertos y cambiantes es algo que, en gran medida, tiene que ver con tu capacidad de resiliencia
Además de desarrollar la adaptabilidad, transmitirla a otros en una empresa para inspirar a equipos parece ser doblemente complicado. Pero, al final, todo que ver, en primera instancia, con tu claridad de propósito, el enfoque estratégico y la ejecución táctica. Eres un ser social que se desenvuelve en un contexto de interconexión; por ello, la capacidad de comunicarte efectivamente es un arte que debes construir con dedicación.