Asumiendo los riesgos del emprendimiento

Una de las grandes ironías en torno al mundo del emprendimiento es no tener claro el concepto. Algunas definiciones parecen más acertadas que otras, pero todas son productos de las idealizaciones, los estereotipos y, también, los prejuicios. 


Definiendo el riesgo

Independientemente de la confusión en torno al sustantivo y el verbo, el emprendedor y el emprender tienen siempre un común denominador: “riesgo,” palabra que parece sintetizar lo que un verdadero emprendedor es.

Una definición de diccionario que me parece tan breve como clara es esta: 

Un emprendedor es aquella persona que organiza, maneja y asume el riesgo de un negocio o empresa.

Entonces, lo importante es entender el riesgo y el papel que juega en el rol de un emprendedor. El riesgo también se define en el diccionario como “la posibilidad de pérdida”. Esta breve definición no implica un juicio ni moral ni de valor negativo, sino que simplemente hace una declaración. En otras palabras, un evento puede tener una probabilidad de 1 a 99 por ciento de fracasar. En realidad, y esto es lo más importante en torno al riesgo, es nuestra percepción y la reacción a estas cifras lo que hace toda la diferencia a la hora de emprender.

Por ello, los emprendedores deben tener una tolerancia mayor al riesgo que la mayoría de las personas, sobre todo cuando se trata de comenzar un negocio y constituir los pilares de una empresa. Una cifra que me gusta revelar tanto en conferencias como en consultorías es que, en promedio —y esto cambia según la industria—-, el 95 por ciento de las nuevas empresas mueren dentro de sus primeros 5 años de su creación, lo que es sumamente emblemático del arte y la complejidad de emprender con éxito.

Sin embargo, establecer una mayor tolerancia ante el riesgo no es suficiente. Claro, los emprendedores asumen grandes probabilidades de fracaso, pero esto definitivamente no significa que les guste apostar tirando los dados al azar. Un emprendedor con la mentalidad correcta toma riesgos calculados, prepara el mazo de cartas a su favor y siempre encuentra maneras de minimizar o esparcir las probabilidades de pérdida.

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Características de un buen emprendedor

Ser un buen emprendedor significa tener como un rasgo de personalidad confianza propia para evitar o sobreponerse a los obstáculos que representa tener una nueva idea de negocio. En mi experiencia, y conociendo a muchísimos emprendedores, esto se logra por diferentes medios. De estos, destaco los siguientes:

  • Procurar conocimiento experto.
  • Buscar y atacar puntos ciegos por medio de perspectivas correctas y congruentes.
  • Crear redes de relaciones sólidas que compensen las carencias del emprendedor.
  • Riqueza financiera previa al emprendimiento, tan válida como los otros factores.

Lee también: ¿Cómo deben ser tus acciones para cumplir tus metas?

Aunque nos gusten las historias hollywoodenses del empresario desconocido que logró grandes cosas a pesar de la adversidad, el hecho es que detrás del mito seductor de las historias de triunfo inesperado hay emprendedores que afrontaron enormes riesgos; su éxito se basó en estudio, método, enfoque, perspectiva, disrupción y preservación de ideas valiosas.

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En conclusión

No todos los riesgos son creados iguales, y no todo emprendedor los asume de la misma manera. Convertirse en un emprendedor no tiene tanto que ver con la probabilidad o riesgo de fracaso, pero sí con la habilidad de hacer que sean pocas las cosas que escapan, y así inclinar el azar a su favor.

En el estado actual del mundo, lo que considerábamos “seguro” está dejando de serlo rápidamente. Tener una educación universitaria no necesariamente garantiza ya un trabajo con un buen sueldo; un trabajo en el medio corporativo tampoco significa que no te vayan a despedir en cualquier momento; aportar a tu fondo para el retiro no asegura que tendrás más dinero en el banco al final que cuando empezaste. Irónicamente, abrazar la mentalidad del emprendimiento es lo que podría ser menos riesgoso que perseguir la seguridad a la que mucha gente está acostumbrada: ¿Cómo decidir si es lo uno o lo otro? Elegir lo que aporte un propósito claro en nuestras vidas es lo más importante.

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