La multitud de personas, la diversidad, los rasgos, las aspiraciones, las proclividades y las manías peculiares en cada colaborador pueden hacer que un líder de equipo abandone el deseo de conformar uno de alto rendimiento. Tú que conoces el arte y la práctica del liderazgo sabes que es necesario obtener lo mejor de las personas para alcanzar una meta compartida, independientemente de sus características individuales.
En mi experiencia profesional, muchas han sido las ocasiones en que sentí que una barrera invisible se levantaba entre un colaborador millennial y yo al momento de procurar comunicar las metas corporativas de la empresa, esto a pesar de mis muchos esfuerzos para inspirar y motivar a que ese joven asumiera con convicción el compromiso. Desafortunadamente, estas ocasiones parecen ser más comunes que las deseadas y más frecuentes que lo necesario.
Los millennials y el trabajo
Hoy deseo compartirte cómo el poder de la conexión humana auténtica, y por medio de una comunicación que sea importante para tu interlocutor y no solamente para ti o la empresa, genera identidad colectiva aun en personas de una edad diferente a la tuya —como ha sido mi caso—, y especialmente en el grupo demográfico conocido como millennial —nacidos entre 1980 y 2003—, que, por cierto, es erróneamente considerado en muchas ocasiones como “perezoso, sin propósito e incapaz de motivarse”.
El poeta John Andrew Holmes dijo: “La población del universo entero, con una insignificante excepción llamada “tú”, está compuesta de otras personas”. Esto nos invita a reconocer que nuestra perspectiva, manera de pensar y de proceder representan solamente una minúscula aportación al crisol laboral de hoy.
Cuando reconozcas esto, es igualmente importante que recuerdes que tu vida y el mundo natural en que vives — lo sepas o no; lo quieras o no— está basado en la colaboración e interdependencia de los organismos; en otras palabras, lo primero que debes reconocer para inspirar a un millennial es que si bien es distinto, en realidad es similar a ti: requiere elementos que le permitan sentirse pleno en un trabajo.
Inspirando a las personas
¿Cuáles son entonces los ingredientes que inspiran a un millennial? Primero, enlistaré aquellos factores que son comunes para toda persona y que ratifican la necesidad de conectar con ellos como humanos, y no como un determinado grupo demográfico poblacional:
- Sentido de pertenencia. Se logra al solicitar su participación.
- Identidad compartida. Se consigue por medio de la comunicación activa de valores que sean similares a los suyos; parte de la cultura organizacional.
- Propósito. Saber que la tarea a realizar NO es meramente un trabajo, sino que está ligada a una causa que motiva, atrae e inspira.
Estos tres puntos aluden a la importancia de saber no solamente comunicar, sino también de conversar, escuchar e interpretar aquellas aspiraciones que viven dentro de los jóvenes, para luego amplificar el mensaje de la organización traduciendo la cultura de la compañía a sus términos.
Lee también: Motivos por los que aparece la frustración en el trabajo
Motivando a una generación
Ahora, los ingredientes que necesitan los millennials para estar motivados —y que determinan la necesidad de conectarnos con ellos— son los siguientes:
- Que escuchen de ti claramente una visión en la que, en alguna parte del recorrido, ellos sean los héroes.
- Vincular su labor específica con alguna causa de contribución, impacto y trascendencia social (la RSE es un muy buen ejemplo de esto).
- Rapidez y brevedad en la comunicación respecto a su labor: qué harán, cómo lo harán y por qué lo harán.
- Expectativas de participación, responsabilidad y trascendencia continuas. Esto se refiere no solo a lo económico, sino también a que sepan que son dignos de tu confianza y de tareas cada vez más retadoras.
Heráclito de Éfeso dijo hace mas de 2,500 años: “Lo único que no cambia es que todo cambia”. Y si bien las generaciones lo hacen y lo seguirán haciendo, es evidente que varios de los puntos anteriores residen en nuestra naturaleza humana atemporal: la búsqueda de significado. Adecuar el mensaje para diferentes audiencias, de manera que siga siendo abrazado por ellas, es y seguirá siendo uno de los pilares del liderazgo en el trabajo y en la vida.
